Hace no muchos días fue el cumpleaños de mi sobrino y fuimos a celebrarlo a la playa. Imagináos, barbacoa, baños, fresquito en el porche, la familia...y por supuesto los regalos.
Aquí es donde entra nuestro amigo el juego de mesa. La verdad es que pensé que podría ser un regalo muy interesante para él (6 años) y para su familia. A lo mejor creo una bestia lúdica con esto.
Con mucha ilusión y echándole un poco de espectáculo por mi parte, mi sobrino abrió el paquete y encontró algo como esto.
Se trata de un juego de 2009, publicado por Devir en 2010. Es ganador del Spiers des Jhares al juego infantil de 2009 y en mi opinión es de lo mejorcito en juegos infantiles/ familiares. Su autor es Dirk Baumann.
Me parece una de las mejores opciones para jugar en casa con los hijos, aunque no deja de ofrecer un muy buen entretenimiento y un interesante reto a los mayores.
Casi enseguida nos pusimos a jugar. He de decir que lo que más llamó la atención de mi sobrino (y su hermano pequeño...¡y de los abuelos!) fueron las piezas que representan a los aprendices de mago, ya que son, en definitiva, unos imanes bastante potentes, y es que eso de jugar con imanes es todo un divertimento en sí mismo.
Lo primero fue revisar los componentes y montar el juego.
Para el que no lo conozca, en El Laberinto Mágico los jugadores toman el papel de aprendices de mago que deben recoger símbolos mágicos situados dentro de un laberinto...¡de muros invisibles!.
Tras separar las fichas de los símbolos mágicos del cartón montamos el laberinto. Dicho laberinto se monta colocando unas piezas de plástico en una rejilla, adoptando el dibujo que se quiera, aunque el libro de reglas sugiere dos configuraciones. Luego se tapa el laberinto con el tablero de juego y se le da varios giros para no saber la disposición de los muros. Después los jugadores colocan sus peones en las esquinas y ponen una bola metálica debajo de cada peón.
Así que ya estaba todo dispuesto para empezar la partida. El Laberinto Mágico es básicamente un juego de memoria en el que cada jugador debe recordar donde están los muros invisibles que interrumpen su camino para tomar una ruta diferente en su siguiente turno.
Al principio se saca un símbolo mágico de una bolsa de tela (incluida en el juego) y se coloca en la casilla del tablero que coincida con dicho símbolo. A continuación cada mago tira un dado y avanza tantas casillas como indica hacia el símbolo mágico. El desplazamiento tiene que ser continuo y se ha de deslizar el peón por el tablero de manera continua de casilla a casilla y no poco a poco (para no averiguar donde están los muros). Si el mago se topa con un muro invisible la bola metálica que se halla debajo de él caerça y deberá volver a su casilla de inicio. Si algún mago alcanza un símbolo se lo queda y saca otro de la bolsa. El primero que consiga 5 gana.
Sencillo, ¿no?. Pues es mucho más divertido de lo que pueda parecer y el reto de recordar la posición de los muros es más desafiante de lo esperado.
Sin duda es un juego altamente recomendable y especialmente si se juega con niños y en familia (cuidado con los más peques, que les encantan los imanes y las bolitas metálicas corren mucho riesgo de volverse "invisibles" tambien).
Jugadlo que os gustará.
Seguid jugando.
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